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Posnaturalismos no es un concepto, sino un índice de ciertas direcciones que relampaguean en el presente y una señal hacia tierras nunca prometidas. En principio, lo hacemos designar una diversidad de perspectivas en las que se cuestionan, desde diferentes ángulos, las clásicas antinomias entre naturaleza y cultura, naturaleza y técnica, naturaleza y artificio, naturaleza y humanidad, naturaleza y espíritu, naturaleza e historia y naturaleza y política. Una política verde teñida de flúor. Micorriza creciendo junto a un cartel de neón. El término presupone la existencia del naturalismo, es decir, de un pensamiento que tiene como eje ordenador el concepto de naturaleza. Pero el concepto de naturaleza nunca viene solo: es siempre la mitad de un dispositivo doble conformado por las dualidades mentadas. A lo que se opone un posnaturalismo es a este tipo de divisiones binarias, más allá de la carga axiológica variable —ya sea que se piense lo humano o la civilización como superior, y la naturaleza como aquello a ser conquistado, domesticado o espiritualizado, o bien que se piensen la técnica y el artificio como el mal que vendría a interrumpir la armonía natural—. Un posnaturalismo se distancia así no sólo del “humanismo occidental”, sino también de cualquier purismo que pase por alto la artificialidad de lo natural y la naturalidad de lo artificial.

POSNATURALISMOS - PABLO PACHILLA EDITOR

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Posnaturalismos no es un concepto, sino un índice de ciertas direcciones que relampaguean en el presente y una señal hacia tierras nunca prometidas. En principio, lo hacemos designar una diversidad de perspectivas en las que se cuestionan, desde diferentes ángulos, las clásicas antinomias entre naturaleza y cultura, naturaleza y técnica, naturaleza y artificio, naturaleza y humanidad, naturaleza y espíritu, naturaleza e historia y naturaleza y política. Una política verde teñida de flúor. Micorriza creciendo junto a un cartel de neón. El término presupone la existencia del naturalismo, es decir, de un pensamiento que tiene como eje ordenador el concepto de naturaleza. Pero el concepto de naturaleza nunca viene solo: es siempre la mitad de un dispositivo doble conformado por las dualidades mentadas. A lo que se opone un posnaturalismo es a este tipo de divisiones binarias, más allá de la carga axiológica variable —ya sea que se piense lo humano o la civilización como superior, y la naturaleza como aquello a ser conquistado, domesticado o espiritualizado, o bien que se piensen la técnica y el artificio como el mal que vendría a interrumpir la armonía natural—. Un posnaturalismo se distancia así no sólo del “humanismo occidental”, sino también de cualquier purismo que pase por alto la artificialidad de lo natural y la naturalidad de lo artificial.