Toda obra de arte es, sin duda, política: implica un modo de ver y un modo de actuar en el mundo, en alianza o en debate con las demás obras de arte. En su acción, pelea por incluirse en el mundo artístico y a veces, también, por la expulsión. En esta extraordinaria obra de Fernando Garriga, lo que acabamos de exponer surge rápidamente ante el lector, en la medida en que los temas de la política, de la visión del mundo en determinado momento de nuestra historia, de la exclusión y de la inclusión, de la pelea por un lugar en la sociedad, aparecen desde las primeras palabras. Las invasiones ranqueles según mamá señala, quizá, un camino: el de la síntesis entre los 70 y la complejidad polimorfa de las luchas del siglo XXI, sin dejar de ser por ello una obra de enorme belleza poética, es claro.