ENVÍOS SIN COSTOS A TODO EL PAÍS EN COMPRAS WEB SUPERIORES A $60.000
Cómo era ser pequeño, explicado a los grandes Los niños son inmigrantes en el tiempo. El libro describe la condición de ser pequeño, sea por edad (niño o anciano), por condición de desplazado o por vivir en los márgenes. Y cómo marca esa relación de fuerzas, ya sea autonomía o dependencia, de habilitación para actuar o de prohibición, independientemente de nuestras habilidades. Nos marca en relación a los demás (los fuertes), e incluso en relación a nosotros mismos. Tantas veces se trata a niños y a ancianos como a inmigrantes sin papeles o, como hacía un país colonizador cuando llevaba la luz del evangelio al Nuevo Mundo, con la certeza de una verdad revelada. A su vez: los inmigrantes se convierten en niños al llegar a otra patria, así se sienten, así se los trata. Quiero corregir un equívoco que hace que a un niño se lo trate como a un diminutivo de persona, al que se educa con un mundo en diminutivo. Los chicos llegan a una sola cosa, vienen a comerse el mundo, y cuando se aburren o expresan resistencia es porque lo que se les ofrece los distrae, es un sustituto pobre, inútil para lo único a lo que llegaron, comerse el mundo. De pequeños aprendemos a conocernos en el espejo de los demás, según cómo nos ven y responden. Creemos vernos a nosotros, en realidad vemos cómo nos ven. Como con todas las miradas, algunos ven bien y otros necesitan unas dioptrías que corrijan. De eso trata este libro, que da noticias sobre cómo es ser humano cuando todavía no sos considerado persona o cómo es ser persona cuando todavía sos un niño; pero también cuando dejaste de ser un adulto activo. Tomando el estilo de ensayo autobiográfico de modelos como “Mal de escuela” de Daniel Pennac, “El hombre desplazado” de Tzvetan Todorov, y “Fuera de lugar” de Edward Said, describe de qué manera, a lo largo de toda la vida nos cuesta representarnos en otra edad. Como si pareciera mentira ser nosotros con otros años; de viejos: haber sido jóvenes; de adultos: que seremos viejos. A la vez, en esa demostración, tiende puentes con esas condiciones, proponiendo ejercicios de imaginación y empatía.

COMO ERA SER PEQUEÑO EXPLICADO A LOS GRANDES - PESCETTI LUIS

$18.990
Envío gratis superando los $60.000
COMO ERA SER PEQUEÑO EXPLICADO A LOS GRANDES - PESCETTI LUIS $18.990
Entregas para el CP:

Medios de envío

  • El Espejo Libros - Casa Central Deán Funes 163, Paseo Santa Catalina - Local 4 y 5. Atención Lun a Vier 9.30 a 19.00hs Sáb 9.30 a 13.30hs

    Gratis
Compra protegida
Tus datos cuidados durante toda la compra.
Cambios y devoluciones
Si no te gusta, podés cambiarlo por otro o devolverlo.
Cómo era ser pequeño, explicado a los grandes Los niños son inmigrantes en el tiempo. El libro describe la condición de ser pequeño, sea por edad (niño o anciano), por condición de desplazado o por vivir en los márgenes. Y cómo marca esa relación de fuerzas, ya sea autonomía o dependencia, de habilitación para actuar o de prohibición, independientemente de nuestras habilidades. Nos marca en relación a los demás (los fuertes), e incluso en relación a nosotros mismos. Tantas veces se trata a niños y a ancianos como a inmigrantes sin papeles o, como hacía un país colonizador cuando llevaba la luz del evangelio al Nuevo Mundo, con la certeza de una verdad revelada. A su vez: los inmigrantes se convierten en niños al llegar a otra patria, así se sienten, así se los trata. Quiero corregir un equívoco que hace que a un niño se lo trate como a un diminutivo de persona, al que se educa con un mundo en diminutivo. Los chicos llegan a una sola cosa, vienen a comerse el mundo, y cuando se aburren o expresan resistencia es porque lo que se les ofrece los distrae, es un sustituto pobre, inútil para lo único a lo que llegaron, comerse el mundo. De pequeños aprendemos a conocernos en el espejo de los demás, según cómo nos ven y responden. Creemos vernos a nosotros, en realidad vemos cómo nos ven. Como con todas las miradas, algunos ven bien y otros necesitan unas dioptrías que corrijan. De eso trata este libro, que da noticias sobre cómo es ser humano cuando todavía no sos considerado persona o cómo es ser persona cuando todavía sos un niño; pero también cuando dejaste de ser un adulto activo. Tomando el estilo de ensayo autobiográfico de modelos como “Mal de escuela” de Daniel Pennac, “El hombre desplazado” de Tzvetan Todorov, y “Fuera de lugar” de Edward Said, describe de qué manera, a lo largo de toda la vida nos cuesta representarnos en otra edad. Como si pareciera mentira ser nosotros con otros años; de viejos: haber sido jóvenes; de adultos: que seremos viejos. A la vez, en esa demostración, tiende puentes con esas condiciones, proponiendo ejercicios de imaginación y empatía.