Contra lo que suele repetirse, los servicios de inteligencia en la Argentina no reptan por los subsuelos del poder; habitan más bien en la cara no iluminada de la pirámide. Su influencia busca ser imperceptible, salvo cuando necesitan un volantazo. La Tablada, el atentado a la AMIA, el reinado de Stiuso y su debacle, la “guerra” contra el narcotráfico: fragmentos de la institución que hizo del espionaje un negocio muy republicano. Escriben Mario Santucho, Paula Litvachky, Ximena Tordini, Matías Di Santi, Ariel Riera y Juan Pablo Hudson. Imágenes de Hugo Aveta y foto de Héctor Rio.