ENVÍOS SIN COSTOS A TODO EL PAÍS EN COMPRAS WEB SUPERIORES A $60.000
Escrito con motivo de los diez años de la muerte de Foucault -junio de 1984- este texto de Deleuze no idealiza, no claudica en la discusión, no dramatiza, no escamotea enfrentamientos, y sin embargo, el solo hecho de nombrarlo siempre como “Michel” destaca la figura del amigo y lo potencia en una palabra que adquiere resonancias pasionales. Deleuze repasa, revisa, piensa nuevamente a Foucault, se adentra en la profundidad de su decir, presta oído a la voz ya apagada, la adivina en su mutismo, arriesga su propio pensamiento en la captación del otro. “La última vez que nos vimos, Michel me dijo con mucha gentileza y afecto, más o menos: no puedo soportar la palabra deseo… Evidentemente, una vez más hay otra cosa más que una cuestión de palabras… Puesto que yo, a mi vez, apenas si soporto la palabra placer”. Sin embargo, en esta diferencia que “difiere” todo el tiempo el sentido, hay también una coincidencia fundamental: deseo y placer se constituyen siempre como dispositivos de resistencia en relación con el poder.

DESEO Y PLACER 2¬ ED - DELEUZE GILLES

$23.300
Envío gratis superando los $60.000
DESEO Y PLACER 2¬ ED - DELEUZE GILLES $23.300
Entregas para el CP:

Medios de envío

  • El Espejo Libros - Casa Central Deán Funes 163, Paseo Santa Catalina - Local 4 y 5. Atención Lun a Vier 9.30 a 19.00hs Sáb 9.30 a 13.30hs

    Gratis
Compra protegida
Tus datos cuidados durante toda la compra.
Cambios y devoluciones
Si no te gusta, podés cambiarlo por otro o devolverlo.
Escrito con motivo de los diez años de la muerte de Foucault -junio de 1984- este texto de Deleuze no idealiza, no claudica en la discusión, no dramatiza, no escamotea enfrentamientos, y sin embargo, el solo hecho de nombrarlo siempre como “Michel” destaca la figura del amigo y lo potencia en una palabra que adquiere resonancias pasionales. Deleuze repasa, revisa, piensa nuevamente a Foucault, se adentra en la profundidad de su decir, presta oído a la voz ya apagada, la adivina en su mutismo, arriesga su propio pensamiento en la captación del otro. “La última vez que nos vimos, Michel me dijo con mucha gentileza y afecto, más o menos: no puedo soportar la palabra deseo… Evidentemente, una vez más hay otra cosa más que una cuestión de palabras… Puesto que yo, a mi vez, apenas si soporto la palabra placer”. Sin embargo, en esta diferencia que “difiere” todo el tiempo el sentido, hay también una coincidencia fundamental: deseo y placer se constituyen siempre como dispositivos de resistencia en relación con el poder.