ENVÍOS SIN COSTOS A TODO EL PAÍS EN COMPRAS WEB SUPERIORES A $60.000

 Comentario de Silvio Mattoni

Revista OTRA PARTE

https://www.revistaotraparte.com/literatura-argentina/su-cara-en-las-sombras/

Podría decirse que esta nueva novela de Antonio Oviedo —libro número trece de su obra narrativa, a la que acompañan varios volúmenes de ensayos y un par de plaquetas de poesía— no encuentra su trama secreta sino hacia el final, en el último tercio de sus zigzagueos, avances y retrocesos, en el despliegue de frases cuya complejidad aparente más bien obedece a un impulso rítmico. Pero la imagen de la hermana de una mujer, que surge en esos desarrollos finales con la fuerza de lo desvaído y lo perdido, a partir de una foto vieja y como un rastro cuyos indicios no pueden seguirse, no deja de reflejar todos los hundimientos y las conversaciones, todos los sitios semiescondidos que burbujean, por así decir, en una ciudad determinada. Porque precisamente en la foto la imagen de la hermana perdida falta. Es la única que falta. Y también la ciudad, entre provinciana y tumultuosa, entre política y aletargada, se ausenta a medida que una prosa detallista se detiene a describir reuniones, soledades, lugares de disipación o de conspiración.

Anteriormente, en una tetralogía de novelas más breves, Oviedo trazaba mapas fragmentarios de lugares de Córdoba. Aunque quizá en todas sus narraciones anteriores se trataba también de esos mismos trazados en una ciudad, pero de una manera más alusiva, más negra. En la última media docena de sus libros, quizás, se entrevé la localización precisa, se vislumbra el trayecto de algún personaje. Sin embargo, son imágenes de un derrumbe, restos, pedazos de relatos perdidos, personajes significativos cuya unidad ya nadie puede reconstruir.

En esta fragmentación, conducida por un ritmo que alterna episodios y reminiscencias, especulaciones y constataciones de un narrador que parece investigar a otros de cuya existencia o de cuya consistencia no puede estar seguro; en este cúmulo de momentos y de intrigas que se suceden encadenados por su misma textura de palabras quizá se oculte la poesía de esta novela, que en algunos instantes de intensidad, casi fulgurantes, destaca unos pasajes en forma de versos, enumeraciones de objetos o de sensaciones que afectan al narrador a manera de shocks y luego de los cuales debe volver a empezar, a retomar lo que estaba diciendo o pensando.

No es el menor de los méritos del libro esa voz que narra, el hallazgo de su tono casi oral y, al mismo tiempo, de una lucidez sintáctica y de una riqueza sensorial que se alejan de cualquier habla común. Entre la atención y la distracción, entre lo vivido y lo soñado, esa voz vuelve a trazar y a borrar los lugares y los seres que compondrían una ciudad, si no fuera por el tiempo que todo lo descompone.

Libro extraordinario, fuera de lo común, que pliega con su estilo el mundo inmediato para que de su hundimiento surja otra superficie, y por eso no busca el mero reconocimiento de unos temas sino la experiencia interminable de la escritura.

 

SU CARA EN LAS SOMBRAS - OVIEDO ANTONIO

$7.000
Envío gratis superando los $60.000
SU CARA EN LAS SOMBRAS - OVIEDO ANTONIO $7.000
Entregas para el CP:

Medios de envío

  • El Espejo Libros - Casa Central Deán Funes 163, Paseo Santa Catalina - Local 4 y 5. Atención Lun a Vier 9.30 a 19.00hs Sáb 9.30 a 13.30hs

    Gratis
Compra protegida
Tus datos cuidados durante toda la compra.
Cambios y devoluciones
Si no te gusta, podés cambiarlo por otro o devolverlo.

 Comentario de Silvio Mattoni

Revista OTRA PARTE

https://www.revistaotraparte.com/literatura-argentina/su-cara-en-las-sombras/

Podría decirse que esta nueva novela de Antonio Oviedo —libro número trece de su obra narrativa, a la que acompañan varios volúmenes de ensayos y un par de plaquetas de poesía— no encuentra su trama secreta sino hacia el final, en el último tercio de sus zigzagueos, avances y retrocesos, en el despliegue de frases cuya complejidad aparente más bien obedece a un impulso rítmico. Pero la imagen de la hermana de una mujer, que surge en esos desarrollos finales con la fuerza de lo desvaído y lo perdido, a partir de una foto vieja y como un rastro cuyos indicios no pueden seguirse, no deja de reflejar todos los hundimientos y las conversaciones, todos los sitios semiescondidos que burbujean, por así decir, en una ciudad determinada. Porque precisamente en la foto la imagen de la hermana perdida falta. Es la única que falta. Y también la ciudad, entre provinciana y tumultuosa, entre política y aletargada, se ausenta a medida que una prosa detallista se detiene a describir reuniones, soledades, lugares de disipación o de conspiración.

Anteriormente, en una tetralogía de novelas más breves, Oviedo trazaba mapas fragmentarios de lugares de Córdoba. Aunque quizá en todas sus narraciones anteriores se trataba también de esos mismos trazados en una ciudad, pero de una manera más alusiva, más negra. En la última media docena de sus libros, quizás, se entrevé la localización precisa, se vislumbra el trayecto de algún personaje. Sin embargo, son imágenes de un derrumbe, restos, pedazos de relatos perdidos, personajes significativos cuya unidad ya nadie puede reconstruir.

En esta fragmentación, conducida por un ritmo que alterna episodios y reminiscencias, especulaciones y constataciones de un narrador que parece investigar a otros de cuya existencia o de cuya consistencia no puede estar seguro; en este cúmulo de momentos y de intrigas que se suceden encadenados por su misma textura de palabras quizá se oculte la poesía de esta novela, que en algunos instantes de intensidad, casi fulgurantes, destaca unos pasajes en forma de versos, enumeraciones de objetos o de sensaciones que afectan al narrador a manera de shocks y luego de los cuales debe volver a empezar, a retomar lo que estaba diciendo o pensando.

No es el menor de los méritos del libro esa voz que narra, el hallazgo de su tono casi oral y, al mismo tiempo, de una lucidez sintáctica y de una riqueza sensorial que se alejan de cualquier habla común. Entre la atención y la distracción, entre lo vivido y lo soñado, esa voz vuelve a trazar y a borrar los lugares y los seres que compondrían una ciudad, si no fuera por el tiempo que todo lo descompone.

Libro extraordinario, fuera de lo común, que pliega con su estilo el mundo inmediato para que de su hundimiento surja otra superficie, y por eso no busca el mero reconocimiento de unos temas sino la experiencia interminable de la escritura.