Buscar a la madre, descifrarla, comprenderla. Esa es la tarea que se propone Aurora, la protagonista de esta narración. Sabrina Álvarez, la autora de Piacenza, nos lleva con agilidad y encanto por ese arduo derrotero, siempre planteando —como suele hacerlo la buena literatura— más preguntas que respuestas. Así se va perfilando un enigma que cuenta con una doble delicia: la del destino madre-hija que compone la trama central, y la de los extraños relatos que escribió y publicó esa madre, que hablan de mundos que condenan a sus personajes a duras incertidumbres. Si es duro ese destino, como lectores, en cambio, los vemos acunados con destreza por la pluma de Sabrina Álvarez. La autora nos desafía con ellos a descubrir ahí algo que nos devele, por lo menos a nosotros, los motivos de esa madre: al fin al cabo, saber quién es nuestra madre es conocer quiénes somos. Hugo Correa Luna