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Encontrar una medida, escribe Pilar Ordóñez, dando inicio a un viaje personal de descubrimiento, que a poco de andar será también nuestro. Salir sin mapas, trazarlos en el camino. Éxodos. Aventurarse en lo desconocido de un cosmos propio. Terra incognita. Llegar al borde. Colocar letra tras letra, piedra tras piedra, un puente al infinito sobre el océano mudo que separa las palabras de “la cosa”.

Sumergirse en la extrañeza, en lo fuera de cálculo, en lo desmedido, en los cuerpos ajenos, en los exilios impuestos, en las preguntas inquietantes, en el idioma de señas, en los equívocos del largometraje familiar, en las versiones antiguas de uno mismo y en la edad de siempre.

Llevar “un limón dorado”: en el trayecto, algo habrá de morir, algo renacerá. Infans. No olvidar “un frasquito con ágatas” para la (des)memoria. Una vez al otro lado del mar, ponerlas en la boca y recomenzar a balbucear.

Marcela Rosales   

OTRAS MEDIDAS - ORDOÑEZ PILAR

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