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La palabra monstruo proviene del latín monstrum, a su vez, se deriva del verbo monere, que significa advertir. Un monstruo era un aviso, una advertencia que enviaban al mundo las fuerzas sobrenaturales. Originariamente, en la Antigüedad, cuando nacía alguien con una malformación, se creía que los dioses enviaban estas criaturas como señal de que algo terrible iba a suceder. El término también suele utilizarse para inspirar miedo, repugnancia, como descalificativo o para referirse a actos que van en contra de los valores.  Así, la palabra se emplea de diferentes formas y adopta diversos significados.

En la actualidad, como sociedad, ¿qué monstruos creamos?, ¿qué hacemos con ellos?, ¿qué características les imponemos?, ¿de qué nos advierten?, ¿qué peligro suponen para lxs demás?

No somos monstruas, pone en jaque la concepción de monstruosidad que pesa sobre las mujeres privadas temporalmente de sus libertades, a través de la recopilación de las experiencias de trabajo del equipo de extensión “Derecho a Pensar en Libertad”, en el Establecimiento Penitenciario N° 3, ubicado en Bouwer-Córdoba.

Con este libro, buscamos ampliar tu mirada acerca de la realidad carcelaria y de aquellas mujeres, que lejos están de ser las monstruas que creamos histórica y socialmente.

NO SOMOS MONSTRUAS - BUSTAMANTE C CANCHI L IBARRA C

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La palabra monstruo proviene del latín monstrum, a su vez, se deriva del verbo monere, que significa advertir. Un monstruo era un aviso, una advertencia que enviaban al mundo las fuerzas sobrenaturales. Originariamente, en la Antigüedad, cuando nacía alguien con una malformación, se creía que los dioses enviaban estas criaturas como señal de que algo terrible iba a suceder. El término también suele utilizarse para inspirar miedo, repugnancia, como descalificativo o para referirse a actos que van en contra de los valores.  Así, la palabra se emplea de diferentes formas y adopta diversos significados.

En la actualidad, como sociedad, ¿qué monstruos creamos?, ¿qué hacemos con ellos?, ¿qué características les imponemos?, ¿de qué nos advierten?, ¿qué peligro suponen para lxs demás?

No somos monstruas, pone en jaque la concepción de monstruosidad que pesa sobre las mujeres privadas temporalmente de sus libertades, a través de la recopilación de las experiencias de trabajo del equipo de extensión “Derecho a Pensar en Libertad”, en el Establecimiento Penitenciario N° 3, ubicado en Bouwer-Córdoba.

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