“…la lluvia de veces que el trazo intentó decir el propio decir, la letra la palabra, la voz la voz hablada, puebla estas páginas…, pero lejos de la certeza de lograrlo, el autor da tinta a su propósito con total incertidumbre, escribiendo sobre huellas que él mismo dio a las desovilladas curvas de su escritura, andando latidos de búsquedas… por un mar poblado de puertas,… sin costas de llegada, con el invaluable hallazgo de comas, desdeñando al punto, donde la honda respiración del escrito parece encontrar algo…”

En los poemas de Guillermo alienta una búsqueda constante de expresar lo inexpresable. Cada verso, con su dicción bella y sorprendente, se inserta en un todo armónico que parece avanzar oscilante entre la oscuridad y la luz, entre logros y fracasos, en los confines del ser y del no ser… El lector se ve metido en un laberinto de palabras, delicadamente seleccionadas, que reflejan esa íntima tensión, lacerante, que se juega entre la voluntad de decir y la imposibilidad de hacerlo de forma acabada. Un conjunto de ricas y dramáticas experiencias, en un recorrido infinito por los senderos del lenguaje, esa enigmática y maravillosa realidad que nos une en esta dimensión fugaz de la existencia. Ramón Cornavaca - Dr en Letras Clásicas UNC