Como Oliver Sacks narró a través de patologías neurológicas, como Michel Pastoureau trasmitió la vida social a través de los colores, como Francis Ponge describió naranjas, papas, cigarrillos, evitando apelar a emociones y simbolismos para recrear la experiencia de lo que usamos a diario, Sandrone repasa objetos y prácticas de la vida cotidiana y encuentra por esa vía nuevas formas de contar la Historia. Con un ojo en el suelo y otro en el cielo, interesado e interesándonos en todo lo que ocurre bajo el sol, se pregunta “qué pasa con todo ese mundo vivo”, va de lo mitológico a lo filosófico, desde lo cotidiano a lo universal, desde lo más pequeño a los grandes problemas de la humanidad. Es la aventura del conocimiento que se manifiesta en una prosa clara, limpia, prístina. Una excursión por la tecnología, la filosofía, la ciencia y el arte, las ferias de curiosidades y los modos de reflexión. Todo ello con humor, gracia en los titulados, suspenso, condensación, levedad, todas cualidades de un eximio narrador. María Teresa Andruetto