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Conocí a Daniel Scioli en los años 80, cuando publicamos un reportaje en una revista que yo dirigía. Era un exitoso deportista que aún no había sufrido el terrible accidente que le costó el brazo derecho. Pensé que aquel episodio era el fin de su carrera en la motonáutica, pero siguió corriendo y obtuvo el campeonato del mundo en su categoría. Entonces me prometí preguntarle qué lo había impulsado a desafiar por segunda vez al destino, pero no hubo oportunidad y el proyecto se fue enfriando. Hace unos meses volvimos a encontrarnos y acor-damos tener esa conversación, que se convirtió en una serie de encuentros en los cuales respondió a mis preguntas sobre los temas que me parecieron interesantes. Antes de comenzar, le aclaré que no era militante peronista y que, tal vez, le hiciera alguna pregunta incómoda. “Me alegro –contestó–. Tanto usted como yo vamos a tener la posibilidad de aprender de alguien que piensa distinto”.

DANIEL SCIOLI EL OTRO CAMINO DIALOGOS CON RUBEN TIZZIANI - SCIOLI DANIEL

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Conocí a Daniel Scioli en los años 80, cuando publicamos un reportaje en una revista que yo dirigía. Era un exitoso deportista que aún no había sufrido el terrible accidente que le costó el brazo derecho. Pensé que aquel episodio era el fin de su carrera en la motonáutica, pero siguió corriendo y obtuvo el campeonato del mundo en su categoría. Entonces me prometí preguntarle qué lo había impulsado a desafiar por segunda vez al destino, pero no hubo oportunidad y el proyecto se fue enfriando. Hace unos meses volvimos a encontrarnos y acor-damos tener esa conversación, que se convirtió en una serie de encuentros en los cuales respondió a mis preguntas sobre los temas que me parecieron interesantes. Antes de comenzar, le aclaré que no era militante peronista y que, tal vez, le hiciera alguna pregunta incómoda. “Me alegro –contestó–. Tanto usted como yo vamos a tener la posibilidad de aprender de alguien que piensa distinto”.