Si la ciencia es una respuesta del hombre frente a la realidad, ¿actualmente responde a sus verdaderas necesidades como especie mejorando su capacidad de adaptación y su relación con el entorno? ¿Por qué y para qué nació el Método Científico? ¿Acaso su origen no dependió de la “actitud reflexiva” de los científicos-filósofos que lo fueron pergeñando con el objetivo de minimizar la subjetividad de toda versión humana? ¿Tanto la ciencia como su método, mediante los procesos que aplican (aislamiento, atomización, modelización, matematización), están en condiciones de abordar una realidad atravesada y caracterizada por la “complejidad” que se caracteriza por la trascendencia que tienen las relaciones y vínculos entre los fenómenos y sus componentes? Crítica a la ciencia propone preguntas que no solo abren un espacio de debate acerca de una de las disciplinas humanas más importantes sino que, además, nos obligan a plantearnos, con valentía, que quizás nuestra querida Ciencia actualmente responde más a una “pseudo-realidad” encuadrada en los parámetros de un mercado pragmático y materialista cuya prioridad es generar y estimular las necesidades de aquellos grupos de seres humanos con más posibilidades de consumir. Y nos ofrece, a modo de respuesta tentativa, la hipótesis de que, quizás, sea necesario cuestionar el “paradigma cuantitativo”, actualmente vigente, útil y funcional solo para algunos pocos, frente al “paradigma cualitativo”, necesario para todos.