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PRÓLOGO
Silvina Brussino
Hace un tiempo, mi colega el Dr. Raúl Gómez, conociendo mis
intereses por la Psicología Política me comentó sobre un nuevo
proyecto en el que empezaba a trabajar: el desarrollo de un Breve
Diccionario Psicológico-Político de las Redes Sociales y la Era Digital.
Hoy la idea finalmente se transformó en un libro en colaboración
que no tengo dudas, constituirá un valioso aporte para los/
as trabajadores/as o simplemente curiosos/as de las intersecciones
entre la Psicología y la Política. Esta obra en particular, que tengo
el placer de prologar, nos invita a implicarnos y recorrer, a través
de un conjunto de definiciones, el mundo de las redes sociales y la
comunicación digital.
Con colegas y compañeros/as de nuestro campo de estudio
muchas veces conversamos sobre las potencialidades y las virtudes
de los diccionarios especializados, esos que no solo contienen
y explican un significado, sino que recogen la terminología más
utilizada por una disciplina o área de conocimiento. Ciertamente,
contar con ellos es acceder a una herramienta útil y ágil para
quienes investigan o trabajan sobre temáticas específicas en perspectiva
científica, y también para quienes desean simplemente conocer
los sentidos de los términos más frecuentemente utilizados
en un determinado campo del conocimiento. Más aún cuando
se trata de contribuciones en áreas de conocimiento emergentes
o de fronteras entre disciplinas, que no suelen ser comunes en
Argentina y en Latinoamérica.
Tal vez por mi sesgo profesional, considero un acierto y creo
que será un buen ejercicio para los/as lectores/as, pensar e introducirse
a cada término en clave psicológica y política. Si bien hay
términos claramente psicopolíticos, como el autoritarismo o el
dogmatismo, entre otros, resulta desafiante asumir la problematización
de la dimensión psicológica, subjetiva e intersubjetiva y
política que atraviesa a cada definición. Incluso en aquellos que
parecen más propios de las ciencias de la computación como, por
ejemplo, algoritmos o big data.
Otro acierto de este Breve Diccionario es su foco particular
sobre las redes sociales en clave política y psicológica. Al respecto,
y por la experiencia en investigaciones sobre el campo con mi grupo
de trabajo, no quiero dejar de expresar la relevancia que tiene
el fenómeno de las redes sociales en los tiempos que corren. En
efecto, la progresiva extensión del uso de internet ha impactado en
el medio social y político reconfigurando las características que adquiere
nuestra cultura política. Las redes ofrecen nuevas posibilidades
para el conocimiento/desconocimiento, amplían/restringen
el acceso a la información, así como las opciones de participación
disponibles de la ciudadanía.
En estos rangos de posibilidades, la frontera entre lo político
y lo no político se hace más borrosa y las redes sociales se convierten
en un espacio fértil de interacción personal y, por lo tanto, propicio
para la acción política y la mediatización del debate político.
Además, las redes sociales, como caja de resonancia del debate político
se articulan con otra característica ciertamente dominante de
nuestra cultura política, el fenómeno de la polarización política y la
deshumanización del otro. Al respecto, conviene señalar que existe
consenso en que una sociedad democrática requiere de cierta comunicación,
del debate político y del establecimiento de acuerdos
entre la ciudadanía, pero ¿qué papel juegan las redes en la profundización
de los desacuerdos y, por ende, de la polarización?
Este fenómeno es de creciente preocupación para distintos
sectores de la política, de la academia y de la sociedad en general
por sus potenciales efectos en términos de la convivencia ciudadana,
pero también por su impacto potencial en la estabilidad y
calidad de los procesos democráticos y de la toma de decisiones
políticas en particular. En este contexto, obras como la presente,
ayudan a estimular el pensamiento crítico y a generar conversaciones
más constructivas. Esto cobra mayor relevancia al considerar
que el Dr. Gómez y sus colegas nos proponen, también, un
diccionario abierto, es decir que irá creciendo y retroalimentándose
a la luz de las dinámicas sociales y políticas que se sigan configurando
en esta era digital.
Por último, quiero destacar al colectivo de profesionales que
contribuyen a esta obra, por pensar y plasmar su trabajo en clave
transdisciplinar, y a la coordinación de la obra, por transversalizar
lo psicológico y lo político en toda su extensión.
Les deseo una buena lectura y una utilización provechosa del
diccionario.

 

BREVE DICCIONARIO PSICOLOGICO POLITICO DE REDES SOCIALES Y ERA DIGITAL - RAUL ANGEL GOMEZ - SILVINA BRUSSINO

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Silvina Brussino
Hace un tiempo, mi colega el Dr. Raúl Gómez, conociendo mis
intereses por la Psicología Política me comentó sobre un nuevo
proyecto en el que empezaba a trabajar: el desarrollo de un Breve
Diccionario Psicológico-Político de las Redes Sociales y la Era Digital.
Hoy la idea finalmente se transformó en un libro en colaboración
que no tengo dudas, constituirá un valioso aporte para los/
as trabajadores/as o simplemente curiosos/as de las intersecciones
entre la Psicología y la Política. Esta obra en particular, que tengo
el placer de prologar, nos invita a implicarnos y recorrer, a través
de un conjunto de definiciones, el mundo de las redes sociales y la
comunicación digital.
Con colegas y compañeros/as de nuestro campo de estudio
muchas veces conversamos sobre las potencialidades y las virtudes
de los diccionarios especializados, esos que no solo contienen
y explican un significado, sino que recogen la terminología más
utilizada por una disciplina o área de conocimiento. Ciertamente,
contar con ellos es acceder a una herramienta útil y ágil para
quienes investigan o trabajan sobre temáticas específicas en perspectiva
científica, y también para quienes desean simplemente conocer
los sentidos de los términos más frecuentemente utilizados
en un determinado campo del conocimiento. Más aún cuando
se trata de contribuciones en áreas de conocimiento emergentes
o de fronteras entre disciplinas, que no suelen ser comunes en
Argentina y en Latinoamérica.
Tal vez por mi sesgo profesional, considero un acierto y creo
que será un buen ejercicio para los/as lectores/as, pensar e introducirse
a cada término en clave psicológica y política. Si bien hay
términos claramente psicopolíticos, como el autoritarismo o el
dogmatismo, entre otros, resulta desafiante asumir la problematización
de la dimensión psicológica, subjetiva e intersubjetiva y
política que atraviesa a cada definición. Incluso en aquellos que
parecen más propios de las ciencias de la computación como, por
ejemplo, algoritmos o big data.
Otro acierto de este Breve Diccionario es su foco particular
sobre las redes sociales en clave política y psicológica. Al respecto,
y por la experiencia en investigaciones sobre el campo con mi grupo
de trabajo, no quiero dejar de expresar la relevancia que tiene
el fenómeno de las redes sociales en los tiempos que corren. En
efecto, la progresiva extensión del uso de internet ha impactado en
el medio social y político reconfigurando las características que adquiere
nuestra cultura política. Las redes ofrecen nuevas posibilidades
para el conocimiento/desconocimiento, amplían/restringen
el acceso a la información, así como las opciones de participación
disponibles de la ciudadanía.
En estos rangos de posibilidades, la frontera entre lo político
y lo no político se hace más borrosa y las redes sociales se convierten
en un espacio fértil de interacción personal y, por lo tanto, propicio
para la acción política y la mediatización del debate político.
Además, las redes sociales, como caja de resonancia del debate político
se articulan con otra característica ciertamente dominante de
nuestra cultura política, el fenómeno de la polarización política y la
deshumanización del otro. Al respecto, conviene señalar que existe
consenso en que una sociedad democrática requiere de cierta comunicación,
del debate político y del establecimiento de acuerdos
entre la ciudadanía, pero ¿qué papel juegan las redes en la profundización
de los desacuerdos y, por ende, de la polarización?
Este fenómeno es de creciente preocupación para distintos
sectores de la política, de la academia y de la sociedad en general
por sus potenciales efectos en términos de la convivencia ciudadana,
pero también por su impacto potencial en la estabilidad y
calidad de los procesos democráticos y de la toma de decisiones
políticas en particular. En este contexto, obras como la presente,
ayudan a estimular el pensamiento crítico y a generar conversaciones
más constructivas. Esto cobra mayor relevancia al considerar
que el Dr. Gómez y sus colegas nos proponen, también, un
diccionario abierto, es decir que irá creciendo y retroalimentándose
a la luz de las dinámicas sociales y políticas que se sigan configurando
en esta era digital.
Por último, quiero destacar al colectivo de profesionales que
contribuyen a esta obra, por pensar y plasmar su trabajo en clave
transdisciplinar, y a la coordinación de la obra, por transversalizar
lo psicológico y lo político en toda su extensión.
Les deseo una buena lectura y una utilización provechosa del
diccionario.