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El 25 de junio de 1978 por la tarde en el estadio Monumental de Buenos Aires se jugó la final del Campeonato Mundial de Fútbol que obtuviera la selección argentina. Ese mismo día, aunque en la localidad de Río Cuarto y rayando la hora del almuerzo, Juan Filloy es secuestrado por una pandilla que lo sube a la fuerza a un Falcon verde cuando caminaba erguido rumbo a su casa. Si lo primero es cierto y pertenece a la historia del fútbol (un momento de gloria para el deporte nacional), lo segundo, en cambio, le concierne a la literatura, porque se trata del episodio ficticio que preside esta novela. Al igual que el Filloy recreado por Otero Pizarro, los lectores pasarán de la confusión al asombro a medida que vayan descubriendo quiénes son los captores, qué razones los inducen y para qué cometen ese rapto. Evocando a Pirandello, la escritura ágil, incisiva y fluida de Otero Pizarro homenajea sobre todo a la caterva de Caterva, acaso la obra más trascendente de Filloy, a la vez que vuelve su mirada hacia un periodo siniestro y doloroso de nuestra historia.

SECUESTRO DE JUAN FILLOY EL - OTERO PIZARRO GONZALO

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El 25 de junio de 1978 por la tarde en el estadio Monumental de Buenos Aires se jugó la final del Campeonato Mundial de Fútbol que obtuviera la selección argentina. Ese mismo día, aunque en la localidad de Río Cuarto y rayando la hora del almuerzo, Juan Filloy es secuestrado por una pandilla que lo sube a la fuerza a un Falcon verde cuando caminaba erguido rumbo a su casa. Si lo primero es cierto y pertenece a la historia del fútbol (un momento de gloria para el deporte nacional), lo segundo, en cambio, le concierne a la literatura, porque se trata del episodio ficticio que preside esta novela. Al igual que el Filloy recreado por Otero Pizarro, los lectores pasarán de la confusión al asombro a medida que vayan descubriendo quiénes son los captores, qué razones los inducen y para qué cometen ese rapto. Evocando a Pirandello, la escritura ágil, incisiva y fluida de Otero Pizarro homenajea sobre todo a la caterva de Caterva, acaso la obra más trascendente de Filloy, a la vez que vuelve su mirada hacia un periodo siniestro y doloroso de nuestra historia.