LEY DE LA REVOLUCION BIOGRAFIA GUSTAVO ROCA - TABORDA VARELA JUAN
¿Es el hijo de Deodoro? ¿El de la foto en blanco y negro? ¿El de la foto que pretende ser una postal del terror? ¿El de la foto que es tapa de un libro que quiere que los retratados sean el terror? ¿Es el hijo de Deodoro junto a Roberto Mario Santucho y Eduardo Luis Duhalde? ¿Es el hijo de Deodoro, el verbo de la Córdoba del destiempo, el de la tapa de un libro que no viene a recuperar la teoría de los dos demonios sino la idea previa: demonio hay uno solo y es la izquierda? Sí, es el hijo de Deodoro: Gustavo Roca. La solapa del libro lo presenta con su doble apellido Roca Deheza. Y de él dice: “Tenía entre sus ‘pergaminos’ su larga amistad y lucha común con el comandante Ernesto ‘Che’ Guevara”. Leves, levísimas descripciones lo recuerdan. Hijo de su padre sabio, amigo del guerrillero mitificado. Breves referencias en los volúmenes que recuperan las luchas de la izquierda en los ‘70 lo nombran. Una novela lo tiene como protagonista. Y dos recientes best sellers lo traen nuevamente. Uno de ellos es el que lo hace tapa, pone su cara, sus anteojos, su imagen en blanco y negro, tan setentista, tanta acción, pum pum pum, la sangre de los traidores, la patria liberada. No es la recuperación de la llamada teoría de los dos demonios. Para ellos, los que se acuerdan de Gustavo Roca, los únicos dos que lo traen del olvido, no hay dos demonios, sino uno solo: la subversión apátrida. Y Roca es, en las páginas que lo recrean, el abogado defensor de esos que fueron el demonio. Roca es el abogado del diablo.