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Este trabajo describe el instrumento y su proceso de construcción haciendo énfasis en estudios preliminares que han aportado a su validación como técnica de evaluación y utilización en la clínica. Tal tarea, ha sido y continúa siendo un camino iniciado hace varios años, siguiendo una serie de pasos necesarios para robustecer su aplicación y su utilidad. No obstante, sabemos que aún se requiere de la replicación y aportes de estudios posteriores que arrojarán datos para su mejora y ajuste en el ámbito de la psicología del desarrollo
infantil.

 


Mi interés en la temática de solución de problemas interpersonales se relaciona con un camino que fui transitando, en el cual tuve la oportunidad de participar en estudios, tanto propios como del equipo al cual pertenezco, en el INCIHUSA – CONICET y en la
Universidad del Aconcagua. A lo largo de estos años he trabajado en el estudio de la resiliencia asociada a situaciones de vulnerabilidad familiar y maltrato infantil (MI) (Morelato, 2009, 2011; 2014), lo cual constituye mi principal línea de investigación. En tales estudios se tornó relevante el que fue parte de mi tesis de doctorado.

Entre los principales resultados relacionados con los trabajos previamente cita- dos, se halló que como consecuencia del maltrato se hacían presentes dificultades en el desenvolvimiento infantil. Las mismas se observaban tanto en áreas emocionales como cognitivas sociales y físicas, tal como lo señala la bibliografía especializadas en el tema. Sin embargo, también se observó que las habilidades cognitivas de solución de problemas interpersonales (HCSPI) podían ser consideradas un factor protector amortiguador del riesgo psicosocial. Esto se debe a que las mismas son parte de un conjunto de factores internos favorecedores del proceso de resiliencia, es decir de la capacidad de sobreponerse de la adversidad y continuar con el desarrollo a pesar de lo sufrido. Entre los factores más destacados se tornó relevante la habilidad para pensar alternativas frente a situaciones problema, anticipar consecuencias y también la capacidad de identificar emociones. Estas variables se asociaron también a otros factores protectores tales como la creatividad, la autoestima, el apego seguro y la presencia de redes de apoyo. Asimismo resultó interesante la observación acerca de que un gran porcentaje de niños y niñas de resiliencia alta expresaban verbalmente la existencia de algún tipo de conflicto en el seno familiar, por el cual estaban siendo acompañados por el servicio de salud. Estos niños y niñas también manifestaban en líneas generales menor sintomatología física o psicológica. De este modo, se evidenciaba que la capacidad para poner en palabras el sufrimiento propio daba lugar a la posibilidad de apertura a cierta simbolización de la adversidad.

Con base en lo previamente señalado sumado a nuestros trabajos como equipo de investigación en HCSPI en la infancia, emergió la idea de profundizar su estudio en niños y niñas víctimas de violencia intrafamiliar.

En la clínica con niños y niñas víctimas de vulneración de derechos, se observaba que los instrumentos que indagaban las situaciones traumáticas en forma indirecta resultaban más efectivos, ya que abrían la posibilidad de acercarnos a las propias vivencias de un modo más aliviado, a diferencia de los cuestionarios o escalas. Estos últimos en muchas oportunidades generaban cierta inhibición o respuestas de
deseabilidad social, aun contando con criterios adecuados de confiabilidad y validez. Asimismo los instrumentos que requerían de imágenes o juegos eran bien aceptados y colaboraban en la vinculación con el equipo de salud, o simplemente
con el terapeuta.

Por otra parte, en nuestro equipo de investigación hasta ese momento se había estado utilizando con frecuencia el Test de Evaluación de Habilidades Cognitivas de Solución de Problemas Interpersonales (EVHACOSPI) de García Pérez y Magaz Lago (1998), instrumento que evaluaba tales habilidades de modo útil y ameno, tanto en el ámbito escolar como en el clínico. Sin embargo dada las características de la
población estudiada y la necesidad de contar con pruebas con validez ecológica, se comenzó a pensar en una técnica de características similares pero que presentara estímulos más cercanos a las posibles vivencias de los niños y niñas con los que se estaba trabajando. A su vez, se consideró interesante que fuera aplicable en otros contextos desde un punto de vista preventivo.

De este modo, se dio inicio al diseño de un instrumento aplicable en el ámbito clínico. Este instrumento denominado posteriormente “Solución de Problemas en Situaciones de Vulnerabilidad Familiar” (SPVF), tuvo como objetivo inicial la exploración de factores de
riesgo y de protección, utilizando como disparadores situaciones problemáticas hipotéticas que resultaran relativamente conocidas por los niños y niñas que se hallaban en tratamiento. Tales circunstancias serían analizadas desde una perspectiva amplia y contextualizada a la realidad de cada grupo familiar. Asimismo, se consideró de utilidad que la técnica evaluase las HCSPI, haciendo foco en los recursos y potencialidades posibles desde el punto de vista socio cognitivo.


La técnica tiene sus bases teóricas en los trabajos de Spivack, Platt y Shure (1976). También tiene sustento en los estudios previamente señalados de García Pérez y Magaz Lago (1998) y de nuestro equipo (Ison & Morelato, 2002; 2008; Maddio & Greco, 2010; Maddio & Morelato, 2009). Su objetivo es describir y evaluar destrezas cognitivas implicadas en el proceso de solución de problemas in- terpersonales.
Además facilita aspectos de diagnóstico en la medida que orienta la detección de áreas para acompañar los procesos terapéuticos. Si bien lo pensado al inicio fue sólo la aplicación clínica, también es aplicable en contextos escolares  tanto a los nes de diagnóstico como de investigación, especialmente en entornos socialmente vulnerables.

Considerando lo expuesto, este trabajo describe el instrumento y su proceso de construcción haciendo énfasis en estudios preliminares que han aportado a su validación como técnica de evaluación y utilización en la clínica. Tal tarea, ha sido y continúa siendo un camino iniciado hace varios años, siguiendo una serie de pasos necesarios para robustecer su aplicación y su utilidad. No obstante, sabemos que aún se
requiere de la replicación y aportes de estudios posteriores que arrojarán datos para su mejora y ajuste en el ámbito de la psicología del desarrollo infantil. 

SOLUCION DE PROBLEMAS EN SITUACIONES DE VULNERABIL - MORELATO GABRIELA

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Este trabajo describe el instrumento y su proceso de construcción haciendo énfasis en estudios preliminares que han aportado a su validación como técnica de evaluación y utilización en la clínica. Tal tarea, ha sido y continúa siendo un camino iniciado hace varios años, siguiendo una serie de pasos necesarios para robustecer su aplicación y su utilidad. No obstante, sabemos que aún se requiere de la replicación y aportes de estudios posteriores que arrojarán datos para su mejora y ajuste en el ámbito de la psicología del desarrollo
infantil.

 


Mi interés en la temática de solución de problemas interpersonales se relaciona con un camino que fui transitando, en el cual tuve la oportunidad de participar en estudios, tanto propios como del equipo al cual pertenezco, en el INCIHUSA – CONICET y en la
Universidad del Aconcagua. A lo largo de estos años he trabajado en el estudio de la resiliencia asociada a situaciones de vulnerabilidad familiar y maltrato infantil (MI) (Morelato, 2009, 2011; 2014), lo cual constituye mi principal línea de investigación. En tales estudios se tornó relevante el que fue parte de mi tesis de doctorado.

Entre los principales resultados relacionados con los trabajos previamente cita- dos, se halló que como consecuencia del maltrato se hacían presentes dificultades en el desenvolvimiento infantil. Las mismas se observaban tanto en áreas emocionales como cognitivas sociales y físicas, tal como lo señala la bibliografía especializadas en el tema. Sin embargo, también se observó que las habilidades cognitivas de solución de problemas interpersonales (HCSPI) podían ser consideradas un factor protector amortiguador del riesgo psicosocial. Esto se debe a que las mismas son parte de un conjunto de factores internos favorecedores del proceso de resiliencia, es decir de la capacidad de sobreponerse de la adversidad y continuar con el desarrollo a pesar de lo sufrido. Entre los factores más destacados se tornó relevante la habilidad para pensar alternativas frente a situaciones problema, anticipar consecuencias y también la capacidad de identificar emociones. Estas variables se asociaron también a otros factores protectores tales como la creatividad, la autoestima, el apego seguro y la presencia de redes de apoyo. Asimismo resultó interesante la observación acerca de que un gran porcentaje de niños y niñas de resiliencia alta expresaban verbalmente la existencia de algún tipo de conflicto en el seno familiar, por el cual estaban siendo acompañados por el servicio de salud. Estos niños y niñas también manifestaban en líneas generales menor sintomatología física o psicológica. De este modo, se evidenciaba que la capacidad para poner en palabras el sufrimiento propio daba lugar a la posibilidad de apertura a cierta simbolización de la adversidad.

Con base en lo previamente señalado sumado a nuestros trabajos como equipo de investigación en HCSPI en la infancia, emergió la idea de profundizar su estudio en niños y niñas víctimas de violencia intrafamiliar.

En la clínica con niños y niñas víctimas de vulneración de derechos, se observaba que los instrumentos que indagaban las situaciones traumáticas en forma indirecta resultaban más efectivos, ya que abrían la posibilidad de acercarnos a las propias vivencias de un modo más aliviado, a diferencia de los cuestionarios o escalas. Estos últimos en muchas oportunidades generaban cierta inhibición o respuestas de
deseabilidad social, aun contando con criterios adecuados de confiabilidad y validez. Asimismo los instrumentos que requerían de imágenes o juegos eran bien aceptados y colaboraban en la vinculación con el equipo de salud, o simplemente
con el terapeuta.

Por otra parte, en nuestro equipo de investigación hasta ese momento se había estado utilizando con frecuencia el Test de Evaluación de Habilidades Cognitivas de Solución de Problemas Interpersonales (EVHACOSPI) de García Pérez y Magaz Lago (1998), instrumento que evaluaba tales habilidades de modo útil y ameno, tanto en el ámbito escolar como en el clínico. Sin embargo dada las características de la
población estudiada y la necesidad de contar con pruebas con validez ecológica, se comenzó a pensar en una técnica de características similares pero que presentara estímulos más cercanos a las posibles vivencias de los niños y niñas con los que se estaba trabajando. A su vez, se consideró interesante que fuera aplicable en otros contextos desde un punto de vista preventivo.

De este modo, se dio inicio al diseño de un instrumento aplicable en el ámbito clínico. Este instrumento denominado posteriormente “Solución de Problemas en Situaciones de Vulnerabilidad Familiar” (SPVF), tuvo como objetivo inicial la exploración de factores de
riesgo y de protección, utilizando como disparadores situaciones problemáticas hipotéticas que resultaran relativamente conocidas por los niños y niñas que se hallaban en tratamiento. Tales circunstancias serían analizadas desde una perspectiva amplia y contextualizada a la realidad de cada grupo familiar. Asimismo, se consideró de utilidad que la técnica evaluase las HCSPI, haciendo foco en los recursos y potencialidades posibles desde el punto de vista socio cognitivo.


La técnica tiene sus bases teóricas en los trabajos de Spivack, Platt y Shure (1976). También tiene sustento en los estudios previamente señalados de García Pérez y Magaz Lago (1998) y de nuestro equipo (Ison & Morelato, 2002; 2008; Maddio & Greco, 2010; Maddio & Morelato, 2009). Su objetivo es describir y evaluar destrezas cognitivas implicadas en el proceso de solución de problemas in- terpersonales.
Además facilita aspectos de diagnóstico en la medida que orienta la detección de áreas para acompañar los procesos terapéuticos. Si bien lo pensado al inicio fue sólo la aplicación clínica, también es aplicable en contextos escolares  tanto a los nes de diagnóstico como de investigación, especialmente en entornos socialmente vulnerables.

Considerando lo expuesto, este trabajo describe el instrumento y su proceso de construcción haciendo énfasis en estudios preliminares que han aportado a su validación como técnica de evaluación y utilización en la clínica. Tal tarea, ha sido y continúa siendo un camino iniciado hace varios años, siguiendo una serie de pasos necesarios para robustecer su aplicación y su utilidad. No obstante, sabemos que aún se
requiere de la replicación y aportes de estudios posteriores que arrojarán datos para su mejora y ajuste en el ámbito de la psicología del desarrollo infantil.