Incluida entre las personalidades psicopáticas, la agresividad representa un fenómeno altamente significativo. En el imaginario social puede vincularse estrictamente con aspectos psicológicos o psiquiátricos, aunque es susceptible de nuevas miradas. Este libro presenta los resultados de una investigación cuyo objetivo general fue examinar parámetros psicológicos, neurológicos, inmunológicos y endocrinológicos, capaces de aportar al abordaje y al diagnóstico del comportamiento agresivo. Aunque existen múltiples factores determinantes para su estudio, se plantea aquí un tratamiento del fenómeno desde lo psicoinmunoneuroendocrinológico. Diversas disciplinas sustentan teóricamente el trabajo: psicología, neurología, endocrinología, inmunología, entre otras. Estas se expresarán en un espacio relevante de la realidad social en el cual se realiza la investigación: el ámbito policial, lo cual le confiere especial significatividad. La evaluación psicológica se concretó aplicando el test de Bender y el Psicodiagnóstico de Rorschach, determinándose indicadores de impulsividad, emocionales y de organicidad. El examen de los aspectos neurológicos fue posible mediante un examen neurológico y electroencefalogramas. Los factores endocrinológicos se evaluaron con radioinmunoanálisis para precisar el comportamiento hormonal. El estudio concluyó que los agentes policiales con problemas de violencia familiar poseen alteraciones importantes en el eje córtico-límbico-hipotálamo-hipófiso-adrenal, mostrando una afectación neuroendócrina moderada. Estos sujetos y los que efectúan tareas de alto riesgo registran niveles alto y moderado de agresividad y rasgos de personalidad conflictual. Por lo tanto, es esencial realizar diagnósticos interdisciplinarios en instituciones semimilitarizadas, donde los sujetos portarán armas. Con ello se pueden evaluar integralmente posibles alteraciones en sujetos sospechados de violencia y agresividad como un modo de prevención frente a conductas agresivas.