NARANJAS AMARGAS - CASTELLANOS JULIO
Breve Antología del libro
ESA MUJER
Dice el descorazonado: esa mujer
con la que hubimos amores,
temblores y dolores,
me trató
lo suficientemente mal
como para que no pudiera
jamás de los jamases olvidarla.
DE CONFESIONES
Es inútil:
quiero usar todo mi tempo
en extrañarte.
Gozo, diría un lacaniano;
negra bilis melancólica, un romántico
de fines del siglo diecinueve.
(Es igual; y es sobre todo
una forma indirecta y amable de tenerte,
o una constancia del penoso haber vivido,
o lo amable del vivir, en lo que tuvo de fluente).
Aunque palabra y verdad se acerquen
a meras formulaciones, apariencias,
a moldes del decir,
a veces la palabra del poema
tiene un algo de verdad
o la verdad, el cuerpo ficticio de un poema.
DE LA SEDUCCIÓN
Él trataba de hacérsele visible,
y la conversación se iba adentrando
en rodeos y en las zonas
permeables de la mente, en razones
de intelección y aparentes consistencias.
(Es bellamente patético el deseo,
el habla del amor en tales circunstancias).
Para él fue necesario apelar
a todos los recursos de la persuasión y su enunciado;
a todas las paradojas que nos hacen
endebles y a la vez
sólidos en requerimientos y demandas.
En un punto acaso sin retorno, en un lugar
de desvanecimiento sin pausa, ella,
con altiva majestuosidad de emperatriz desterrada,
deshizo los últimos recursos del hechizo discursivo
al que se sentía expuesta,
diciéndole, simplemente:
tengo toda la vida para leer a Lacan,
si Lacan ya está muerto.