En estas páginas, Jorge Rulli descubre la clave de la nueva dependencia que sufre la Argentina y denuncia con una valentía inusitada la economía de la muerte que se adueñó del campo nacional. Producir soja en el siglo XXI, nos advierte Rulli, no es lo mismo que producir trigo en el siglo XIX, porque la agricultura industrial de la soja es sinónimo de muerte. Nos estamos suicidando alegremente. Y a ese suicidio, denuncia el autor, nos llevó la misma generación que en la década de 1970 eligió la política de la muerte que nos condujo a la muerte de toda política y a la noche de terror más oscura de nuestra historia. Rulli tiene autoridad moral suficiente para plantearlo, porque pasó cinco años preso y torturado en las mazmorras de la dictadura militar que el 24 de marzo de 1976 se adueñó del país. A través de su experiencia, nos proporciona en esta obra claves para interpretar el pasado, pero sobre todo reflexiona sobre el porvenir. Se pregunta sobre el futuro del peronismo. Lo obsesiona su decadencia final y se pregunta e indaga una y otra vez sobre lacausa profunda de tamaña decadencia. No tengo duda alguna de que este brillante libro de Jorge Rulli debería ser leído por lo mejor que tenemos: esa maravillosa juventud que, aunque mal formada– histórica e ideológicamente –pero con ideales de justicia social y dignidad nacional, ha vuelto en estos últimos años a la militancia política. El peronismo ha muerto, ¡viva el peronismo! El peronismo resurgirá de entre las cenizas cuando vuelva un patriota a estas tierras a mandar y, entonces, la memoria popular rescatará de entre los escombros, como ejemplo a seguir, el nombre de Jorge Rulli como uno de los máximos héroes de la resistencia peronista contra le entrega de la Nación. 

Del prólogo de Marcelo Gullo